Conecta la música interior con la del universo, establece contacto con el espíritu de la naturaleza, protege contra maldiciones y transmuta lo negativo. Estas piedras componen la pulsera: prehnita, serpentina y cuarzo turmalinado.   El suave rayo verde de la prehnita favorece un ambiente sereno. Su relajante vibración favorece la meditación y fomenta la conciencia interior. Ilumina tu paz interior y refuerza la sabiduría que reside en la tranquilidad. Estimula las visiones intuitivas y los sueños para una interpretación significativa. Al conectar los mundos terrenal y espiritual, la prehnita abre canales de comunicación con seres celestiales de otras dimensiones. Te conecta con los mensajes de los guías angélicos para iluminar tu camino espiritual. Al armonizarse con la conciencia cósmica, se alinea con las energías universales para abrazar la interconexión de todas las cosas. La serpentina relaja las tensiones musculares y aporta energía en caso de fatiga extrema. En caso de infecciones cutáneas, la serpentina las calma y alivia. Gracias a sus energías calmantes, suaves y poderosas, acompaña durante los dolores menstruales para reducir los calambres y espasmos. El cuarzo turmalina combina las propiedades energéticas de la turmalina negra y el cuarzo cristalino. Al abrazar la dualidad de la sombra y la luz, cada elemento resalta las cualidades del otro, lo que brinda un equilibrio perfecto de fuerzas complementarias. Los efectos de purificación y enraizamiento de la turmalina negra se amplifican por el poder del cuarzo cristalino, estableciendo así un flujo armonioso de energía en todo el cuerpo.